Buscar en el blog

10 ene 2022

tick... tick...

Me desperté llorando todos los sueños a los que tuve que renunciar para estar acá. Para ser quien soy. Para tener esto que tengo ahora. Para buscar el éxito donde fuera más fácil lograrlo, donde no se asumieran riesgos, donde todos estuvieran contentos y satisfechos con las proyecciones que tenían y se hacían del joven talento.
Lloro por todas las decisiones que tomé y, aunque quizá adecuadas, cobardes… porque nacieron del miedo a fracasar, a no tomar los verdaderos riesgos que quiero tomar, o no animarse a ir un poquito más de lo posible.
Tengo una obra sin terminar, que llevo dos años escribiendo, quedó trunca por un trauma del pasado, como la anterior, y la anterior… y todas las excusas que me he puesto para no animarme a hacerlo.
Lloro por todos los errores y fracasos que no me animé a vivir. Lloro por todas las lecciones que nunca pude aprender. Lloro porque renuncié a una parte de mí, que va muriendo lentamente… y es un duelo que debo hacer.
Me desperté llorando, me bañé llorando y escribí estas breves líneas también llorando… por todo lo que no me animo a ser.

No hay comentarios:

Publicar un comentario